Científicos estadounidenses revelaron que lo que atrae a las féminas en
los hombres de gran estatura es su mejor capacidad de combatir a los
enemigos y proteger a sus familias.
Sin embargo, los investigadores de la Universidad de Utah, EE.UU.,
llegaron a esta conclusión intentando hallar respuesta a una pregunta
más fundamental: ¿qué es lo que contribuyó a que nuestros ancestros
prefirieran ponerse de pie y no seguir caminando a cuatro patas?
El bipedismo influyó en el organismo de los humanos tempranos, libró
las extremidades delanteras de la función de apoyo, alteró su
fisiología, su esqueleto, la actividad muscular y respiratoria y la
función del sistema digestivo. El hombre cambió la manera de mirar,
oler, tentar, oír y mantener el equilibrio. En fin, el bipedismo fue el
mayor cambio que hizo el hombre para ser hombre.
No obstante, los científicos todavía no pueden resolver por qué
nuestros ancestros prefirieron el bipedismo, puesto que esta manera de
moverse tiene mucho más inconvenientes fisiológicos que ventajas. Y las
hipótesis según las cuales prefirieron la posición erguida para poder
alimentarse de los árboles o para crear, transportar, y utilizar
utensilios y armas, no parecen suficientes.
Los biólogos analizaron el comportamiento de los reptiles bípedos de la
era mesozoica, y observaron también animales modernos como canguros y
liebres en los momentos de pelea, así como los mustangos que se ponen
en dos patas para luchar con sus rivales en período de celo. Los
investigadores supusieron que la posición bípeda, siendo una manera de
cazar y combatir a los enemigos propia de varias especies en la
naturaleza, la adoptaron también nuestros antepasados para poder
proteger a sus hijos o establecer el dominio del más fuerte.
Los científicos comprobaron su hipótesis con un experimento práctico,
los resultados del cual fueron publicados en la revista 'PLoSOne'. En el
marco del experimento, los atletas profesionales descargaban golpes
desde varios ángulos contra un blanco especial en posición vertical y
luego apoyado de cuatro extremidades. La fuerza de los golpes fue medida
con un acelerómetro.
Resultó que los golpes descargados de la posición vertical son
realmente más fuertes, los laterales el 64%, los directos el 48%, y los
de abajo arriba y de arriba abajo el 44% y el 48% respectivamente.
Lo que es más importante es que en ambas posiciones los golpes de
arriba abajo fueron 3,3 veces más fuertes que de abajo arriba. Eso
significa que el individuo más alto tenía una evidente superioridad ante
su opositor más bajo. Este mecanismo efectivo lo utilizan varios
animales al ponerse de pie. Según los investigadores, en posición
vertical el aumento de la fuerza puede alcanzar un 130% en comparación
con la posición habitual.
Los autores del estudio concluyen, que el factor principal de que
nuestros ancestros hubieran adoptado la posición vertical podría haber
sido la ventaja en la capacidad de protegerse a sí mismo, a sus
compañeras y sus posesiones, lo que a su vez les hacía más atractivos.
Así la evolución humana llevó a la formación del hombre moderno, de dos
pies y capaz de golpear fuertemente.
http://actualidad.rt.com
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