miércoles

El iPhone 4S no tiene botón de apagado porque Jobs creía en el más allá.

La biografía de Steve Jobs escrita por Walter Isaacson va a dar mucho que hablar y parece que contiene tanto las claves de muchas de las ideas que el CEO de Apple puso en sus productos, por ejemplo la razón de la ausencia del botón on/off en sus dispositivos como sus más oscuros y polémicos secretos.

No hay botón "off" porque algo siempre queda vivo

En primer lugar, Jobs comenta en el libro la razón de que los dispositivos de Apple no incorporen un botón de apagado o encendido en su carcasa. Parece ser que  antes de ser diagnosticado de cáncer su visión sobre la trascendencia era bastante escéptica, algo que cambió tras enfermar cuando el propio Jobs afirma "es quizás por esto por lo que quiero creer en la vida después de la muerte" y añadía "cuando mueres, no todo desaparece sin más. La sabiduría que acumulas, de alguna forma, sigue viviendo. Pero en ocasiones pienso que es como un interruptor. Click y te has ido. Es por esto por lo que no me gusta poner interruptores "on/off" en los dispositivos de Apple". Esta es la mística razón por la que productos como el iPhone o el MacBook están diseñados para quedarse en modo stand-by o en suspensión cuando no se están usando. Una tenue luz parpadeante siempre indica que pueden ser revividos con sólo pulsar un botón.

La juventud de Jobs sin censura: drogas y malos hábitos de higiene

Sin embargo, parece que no todo son buenas palabras para Jobs en el libro. La promesa de que se iba a revelar la verdadera cara del controvertido personaje parece que se cumple en algunos capítulos como el que se refiere a la juventud del fundador de Apple en el Reed College, donde pasó su época más hippie. "El tiempo en el que crecimos fue mágico, a la vez que muy espiritual para mí. Definitivamente, tomar LSD fue una de las cosas más importantes de mi vida". Por otra parte, el autor de la biografía también toma nota de la temporada en la que Jobs trabajó en Atari, donde fue relegado al turno de noche debido a las quejas de sus compañeros por su mal olor corporal.

No le importaba el dinero, ni tampoco el de los demás

Finalmente, otro de los aspectos que toca el libro trata sobre su enriquecimiento. En muy poco tiempo se convirtió en uno de los hombres más ricos del planeta, y como el mismo afirma "venía de no preocuparme por el dinero, porque era pobre y luego tampoco me preocupé por el dinero porque era rico". Sin embargo, esta supuesta despreocupación por los temas económicos no iba más allá de su persona, porque algunos de los primeros empleados de Apple que iniciaron la aventura junto a Jobs y Wozniac en el garaje de California en el que se forjó la empresa no recibieron ni una miserable acción de la compañía unos pocos años después. "Woz" siempre se mostró preocupado por haber tratado injustamente a estos compañeros, por lo que compartió parte de su propia participación en la empresa con ellos. Jobs por su parte, ni se lo planteó. De hecho, Isaacson comenta una anécdota de un ingeniero de Apple que propuso a Jobs la idea de que si el daba parte de sus acciones a otro compañero el CEO igualara la cantidad. La respuesta del fundador de la compañía fue "Yeah, ¡lo haré!. Daré cero y tu darás cero".

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