Un perro amarillo permanece velando la tumba de su difunto dueño, un hombre de 68 años, que murió a principios de este mes en Lao Pan. Después de que su vivienda fuera despejada su perro desaparecido, pero más tarde los aldeanos lo encontraron en la tumba de su dueño.
Los informes dicen que durante siete días, el perro se quedó allí, negándose a marcharse. Al ver que el perro empezaba a pasar hambre, los aldeanos intentaron llevarlo de nuevo al pueblo y le dieron algunos bollos, pero el perro tomó los panes y regresó al cementerio.Ahora los habitantes del pueblo le llevan alimentos y agua al perro con regularidad y están planeando ponerle una caseta para que pueda vivir cerca de la tumba de su dueño.
Esta historia es una reminiscencia de lo ocurrido en Edimburgo con Greyfriar Bobby , un Skye Terrier que pasó 14 años junto a su amo en el siglo 19. Ahora está inmortalizado con una estatua de bronce en la ciudad y tiene su propio sitio web.
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