miércoles

Nene cayó de cabeza desde ocho metros y sobrevive. @Cor2ves



"Lo primero que pensé fue que se me moría", dijo Patricia Bocco, de 29 años. Su hijo, Pablo Exequiel Pacheco, de un año y diez meses, cayó desde un segundo piso y sólo sufrió un raspón en la pierna. Tras el impacto, su cabeza se incrustó en la tierra húmeda de un cantero minado de piedras. Su madre cree que fue un milagro. Otros, que la suerte estuvo de su lado.

El jueves a la mañana, como todos los días, la mujer cambió los pañales de su hijo y lo dejó sentado en una de las sillas del comedor, listo para desayunar. Al salir del departamento, y bajar las escaleras para tirar la basura en el tacho de la vereda, dejó tras de sí la puerta abierta. Entonces, el niño caminó hasta afuera y desde arriba la observó desde el segundo piso, a través de los espacios que hay entre las rejas de contención. "Entrá, Pablo", le gritó su madre al volver, y siguió caminando. Pero cuando la mujer comenzó a subir las escaleras, el pequeño cruzó uno de esos espacios y cayó al vacío.

"Pensé que mi hijo había tirado uno de sus juguetes. Me di cuenta que era él por el ruido que hizo el golpe de su cuerpito contra el piso. Me agarró una desesperación, un ataque de nervios tremendo. Quise meterme por la puertita de la reja del cantero pero no podía porque estaba cerrado con llave por la vecina de la planta baja. Cuando ésta logró entrar, me vino el alma al cuerpo, mi hijo estaba vivo", contó Bocco.
Y agregó: "Para nosotros fue un milagro, porque su cabecita golpeó a diez centímetros de una piedra laja que la encargada del cantero había cambiado de lugar durante la limpieza del patio hacía muy pocos días, y que según ella, estaban en el lugar del impacto".

Pese a que el niño cayó desde una altura no menor a ocho metros, sólo sufrió un raspón en la pierna, provocado por las espinas de una planta de aloe vera que amortiguó el impacto. Sin embargo, su cuerpo rebotó y su cabeza chocó contra la tierra humedecida por la lluvia del día anterior. Sin dudas, la misma serie de circunstancias adversas que favorecieron el accidente, segundos después, se tornaron a su favor.

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