La mujer, María Assunta, murió hace dos semanas a la edad de 94 años de edad. La anciana no tenía ningún familiar, pero a su lado siempre estaba su 'gatuno' favorito.
Se informa de que cuando vivía en Roma, en octubre de 2009, preparó un testamento según el cual todos sus bienes -una villa y dos apartamentos en Roma y Milán, tierras y varias cuentas bancarias- pasaban a ser de su gato, al que encontró cerca del cubo de basura cuando era un cachorro.
Para designar a la persona que gestionaría todos los bienes que ha heredado Tommasini (como le apodaba cariñosamente su dueña) se organizó una especie de 'casting'. Como resultado, se reunieron más de 100 solicitudes de toda Italia. En mayo de 2011 se decidió por Stephanie, de 48 años de edad, precisamente la enfermera que la ha cuidado hasta su muerte.
Stephanie tiene sus propios gatos. Además, según la voluntad de la anciana, después de la muerte de Tommaso todo el dinero se destinará para los animales abandonados.
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