sábado

Un buen nombre puede significar un mejor futuro para su hijo.

Al correo electrónico del profesor David Figlio llegan cada año al menos cien mensajes de papás preocupados, preguntándole si tal nombre es buena idea para bautizar a su hijo.

¿Ana o Luisa? ¿Benjamín o Pedro? ¿Nombres convencionales o inventados?

Su trabajo en los últimos ocho años en la Universidad de Northwestern (Estados Unidos), intentando averiguar el efecto que tienen los distintos nombres en los niños, lo han vuelto famoso en todo ese país.

"Los padres me piden que los ayude a elegir un nombre o a mediar en una disputa sobre un nombre entre marido y mujer.

Mi consejo es que elijan el que les guste, pero que también estén conscientes de que estas decisiones no son inocuas", dice el investigador al diario chileno El Mercurio.

David Figlio, profesor de desarrollo humano, comenzó a obsesionarse por este tema luego de realizar una investigación que concluía que los niños tienen un mejor desempeño escolar cuando los profesores tienen más altas expectativas sobre ellos.

"Entonces me dio curiosidad saber qué señales usaban los profesores para tener expectativas sobre los alumnos y pensé que los nombres podían ser un factor subconsciente".

En sus investigaciones posteriores ha llegado a tres conclusiones. La primera, que los niños con nombres que son típicamente asociados a estratos menos educados tienen peores resultados en el colegio. "Para este estudio, comparé a hermanos y hermanas donde uno tenía un nombre generalmente ligado a personas de un estrato alto, y el otro, uno generalmente relacionado a un estrato bajo".

La segunda, que "los niños con nombres típicamente asociados a mujer, alrededor de sexto básico comienzan a meterse en más problemas que el resto, y esto se acentúa si hay una compañera de curso con el mismo nombre".

La última conclusión: "Las niñas con nombres lingüísticamente más femeninos son menos propensas a seguir cursos avanzados de matemáticas y ciencias, y tienen más probabilidades de seguir cursos relacionados con lenguaje y humanidades, si se las compara con su hermana con un nombre lingüísticamente más andrógino".

Esto, aunque ambas alumnas sean buenas para las matemáticas.

Todas sus investigaciones Figlio las ha desarrollado en Estados Unidos. Pero recuerda que en Florida trabajó con población hispanohablante.

"Ahí me di cuenta de que la reacción negativa de los profesores a los nombres asociados a un estatus bajo y el mal desempeño de esos alumnos se veían tanto entre quienes hablaban español como inglés".

Y aunque el experto reconoce que la cultura de cada país puede variar los resultados de los estudios, sí tiene claro que hay algo que no cambia: "Puedo afirmar con certeza que los nombres tienen un efecto en el desempeño que tienen los niños en el colegio".

Eso sí, también está convencido de que si bien los nombres son importantes, "están en un segundo lugar, debajo de la preparación y apoyo que entreguen los padres".

http://www.portafolio.co


No hay comentarios: