Lizzie Griffiths, de 25 años de edad, es una profesora que dedicó los ahorros de su boda, unas 3000 libras (cerca de 5000 euros) para costear el tratamiento para su "Dragón Barbudo" o Pogona adoptado, que de lo contrario tendría que haberse puesto a dormir.
George, como fue llamado el lagarto, tuvo que ser sometido a tres procedimientos debido a que el tumor volvía a crecer.
Su novio, ya que entiende que "George es el número uno para Lizzie". Muchas personas hoy en día han dado su mano en la adopción de lagartos como mascotas. Este es uno de esos casos.
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