Lo que muchos concebirían como una especia de fantasía cristalizada en
el tiempo-espacio, para un hombre en Alemania terminó por convertirse en
una memorable pesadilla. Tras asistir una noche de lunes a tomar unas
copas en un bar de Berlin, conoció a una chica que tras intercambiar una
grata charla le invitó a su departamento. Una vez ahí sostuvieron
relaciones sexuales, y hasta ese momento el alemán de 43 años debía
estar satisfecho con su noche. Sin embargo, al despedirse de su nueva
amiga para marchar a su casa, ella le insistió en que la fiesta corporal
continuase, ciclo que se repitió consecutivamente en varias ocasiones.
Tras la maratónica sesión el hombre intentó nuevamente despedirse y ella
volvió a negarse. Fue entonces cuando la insaciabilidad sexual de su
pareja comenzó a asustarle, y su temor creció cuando ella bloqueó la
salida demandando más sexo. Finalmente el hombre logró escapar por un
balcón y alertar a la policía. Cuando los oficiales teutones llegaron al
lugar, la mujer les ofreció que tomarán el relevo del huido, a lo cual
ellos se negaron y procedieron a arrestarla bajo los cargos de acoso
sexual e intento de retener a una persona contra su voluntad.
El caso nos recuerda en cierta medida a una brasileña que, tras ser
diagnosticada con una condición hipersexual, obtuvo autorización de un
juez para masturbarse en la oficina sin represalias.
http://www.atriunfar.net/
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