Los pobladores de Landes, en la región francesa de Saint-Pandelon, con costas en el Océano Atlántico, han dejado de secar su ropa colgada al sol, deben lavar sus coches diariamente, impiden que los niños jueguen en los jardines y han suspendido toda actividad al aire libre.
La razón es la lluvia de excremento que se registra regularmente –tanto de día como de noche– desde mayo pasado, sin que hasta ahora las autoridades locales hayan determinado su origen, según reportes del diario francés Le Figaro.
"Los habitantes encuentran sobre sus coches, terrazas, techos, en su ropa colgada en el jardín, pequeñas y grandes manchas parduscas, cuyo olor no deja ninguna duda de lo que es. Simplemente llueve... (materia fecal)", resumió el alcalde del municipio Jean-Pierre Boiselle.
La misteriosa lluvia aún no tiene una explicación convincente, pero tras dos meses los residentes de Landes –de poco más de 700 habitantes– están horrorizados.
La hipótesis mejor aceptada es que los residuos fecales son de seres humanos y que caerían de los aviones de alguna aerolínea de largo recorrido –que viajan a gran altitud– cuando pasan el espacio aéreo de Landes.
Sin embargo, para la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) de Francia eso es "imposible" ya que los aparatos en vuelo viajan con una presión y ninguno puede "soltar" ningún tipo de "carga" en el cielo.
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