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Pidió ayuda a su marido por teléfono y cuando este llego, se la encontró llorando de dolor. La llevó al hospital, pero los médicos no creyeron que tuviese nada grave por un simple estornudo, no le hicieron mucho caso y le recomendaron hacer ejercicios.
Pero el asunto se agravo y tuvo que acudir de nuevo tras sentir mas dolores y el brazo izquierdo se había dormido. Finalmente los médicos tras una nueva revisión le diagnosticaron que tenía dos vertebras del cuello dislocadas, causada por el fuerte estornudo.
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