En 2010, Jessica Vega le planteó a su novio, Michael O'Connell, que estaba enferma de leucemia y que quería casarse antes de que la enfermedad le deteriorara la salud. La joven, oriunda de Newburgh, una localidad ubicada a 120 kilómetros de la ciudad de Nueva York, recibió numerosas donaciones de parte de sus amigos y familiares, que recaudaron el dinero para hacer su sueño realidad.
Así fue como Vega tuvo su fastuosa ceremonia, con vestido blanco y cortejo, y hasta bailó durante horas junto a los 60 invitados a su boda, según el sitio Daily Mail. La mujer y su flamante marido pasaron dos semanas en Aruba gracias a la generosidad de sus amigos, pero a su regreso, O'Connell se percató de que la joven no presentaba síntomas de leucemia.
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