Aproximadamente el 30% de las personas alcanzadas por un rayo mueren, y el 74% de los supervivientes quedan con discapacidades permanentes.
Más del 70% de los fallecimientos se dan entre junio y agosto y el 92% entre mayo y septiembre. Sólo muy ocasionalmente se produce alguno en invierno.
La probabilidad de ser alcanzado por un rayo es mucho mayor en el medio rural que en el urbano.
SUPERVIVIENTES:
1. Roy Sullivan
Ostenta el asombroso record de haber sido alcanzado por rayos unas siete veces en su vida.Sorprendentemente, no murió a consecuencia de ello, sino de un disparo a la edad de 71 años.
Conocido como "el pararrayos humano" era guardabosques en Virginia, Estados Unidos.
En 1942, estando en una torre de observación, le cae el primer rayo. Pierde una uña del pie, como consecuencia de la descarga.
En 1969 iba conduciendo su camioneta por las montañas cuando lo alcanzó otro rayo, se le quemaron las cejas. Un año después, estando en en el jardín de su casa lo alcanza el tercer rayo, quemándole el hombro.
En 1972, mientras trabaja, le volvió a caer otro rayo y se le quemó el cabello. En el 73, otro rayo le cae en la cabeza, lo lanza fuera de su auto, y le incendia el pelo de nuevo.
Estando en el campo en 1974 vio una nube muy oscura, trata de resguardarse, pero antes de conseguirlo lae su séptimo rayo, lastimándole el tobillo.
El último rayo lo alcanzó cuando pescaba y le quemó el pecho y el estómago, en el 77.
Roy Sullivan cayó en una tremenda depresión. En el lugar se conocía como "El hombre pararrayos" y, como es lógico, nadie quería estar demasiado cerca de este hombre tan electrizante. La gota que colmó el vaso fue un último rayo que impactó en el tendedero mientras su esposa tendía la ropa en su casa, Roy Sullivan estaba a su lado, pero afortunadamente no le paso nada. Hasta su mujer acabó por alejarse de el, y Roy acabó suicidándose con su arma reglamentaria en 1983. A día de hoy se desconoce el motivo del porqué algunas personas como Roy Sullivan atraen de este modo a los rayos.
En 1942, estando en una torre de observación, le cae el primer rayo. Pierde una uña del pie, como consecuencia de la descarga.
En 1969 iba conduciendo su camioneta por las montañas cuando lo alcanzó otro rayo, se le quemaron las cejas. Un año después, estando en en el jardín de su casa lo alcanza el tercer rayo, quemándole el hombro.
En 1972, mientras trabaja, le volvió a caer otro rayo y se le quemó el cabello. En el 73, otro rayo le cae en la cabeza, lo lanza fuera de su auto, y le incendia el pelo de nuevo.
Estando en el campo en 1974 vio una nube muy oscura, trata de resguardarse, pero antes de conseguirlo lae su séptimo rayo, lastimándole el tobillo.
El último rayo lo alcanzó cuando pescaba y le quemó el pecho y el estómago, en el 77.
Roy Sullivan cayó en una tremenda depresión. En el lugar se conocía como "El hombre pararrayos" y, como es lógico, nadie quería estar demasiado cerca de este hombre tan electrizante. La gota que colmó el vaso fue un último rayo que impactó en el tendedero mientras su esposa tendía la ropa en su casa, Roy Sullivan estaba a su lado, pero afortunadamente no le paso nada. Hasta su mujer acabó por alejarse de el, y Roy acabó suicidándose con su arma reglamentaria en 1983. A día de hoy se desconoce el motivo del porqué algunas personas como Roy Sullivan atraen de este modo a los rayos.
2. Mayor Summerford
A este oficial del ejército británico,la cayeron 3 rayos en su vida.
El primero fue mientras combatía en los campos de Flanders en febrero de 1918, fue despedido de su caballo por el resplandor de un rayo, lo que lo dejó paralizado de la cintura para abajo, se retiró y se mudó a Vancouver.
En 1924, mientras pescaba en la rivera de un río, un rayo cayó en el árbol sobre el que estaba sentado y paralizó el lado derecho de su cuerpo. Dos años después, ya estaba lo suficientemente recuperado como para darse un paseo por un parque local. Mientras paseaba por el parque un día de verano en 1930, fue alcanzado por un rayo, paralizándolo permanentemente. El mayor Summerford murió dos años después, en 1932, pero ese no sería el final. Cuatro años después de su muerte, un rayo cayó en el cementerio, donde estaba enterrado y destruyó su lápida.
En 1924, mientras pescaba en la rivera de un río, un rayo cayó en el árbol sobre el que estaba sentado y paralizó el lado derecho de su cuerpo. Dos años después, ya estaba lo suficientemente recuperado como para darse un paseo por un parque local. Mientras paseaba por el parque un día de verano en 1930, fue alcanzado por un rayo, paralizándolo permanentemente. El mayor Summerford murió dos años después, en 1932, pero ese no sería el final. Cuatro años después de su muerte, un rayo cayó en el cementerio, donde estaba enterrado y destruyó su lápida.
3. Jorge Márquez
Le cayeron 5 rayos entre 1982 y 1991.
"Recuerdo que parecía que iba a llover. Eran más o menos como las 14:15 y me dirigía a Santa Bárbara en mi tractor, junto a dos muchachos más. De pronto, sin haber caído una gota de agua siento aquel inmenso trueno que entra por el tubo de escape. Yo solo vi un hilo rojo del grueso de un cable de corriente, además de la sensación de algo muy frío que penetró por mi cuerpo, como cuando entras a un cuarto con aire acondicionado. Perdí el conocimiento, que no recuperé más hasta el hospital. Claro que cuando caí, uno de los muchachos, a los que no les pasó nada, me sacó la lengua, y gracias a eso me salvé, pues según ellos ya me estaba poniendo bien morado. Me perforó los tímpanos, me quemó el pelo y la espalda, me arrancó los empastes de las muelas y me hizo otros daños, aunque no de consideración", dijo Jorge Márquez.
En 1987, en Santa Bárbara, llegó a casa de unos amigos y comenzó un aguacero. Se asomó a la puerta y cuando se giró le cayó el segundo rayo. En junio de 1987, llegó el tercero estando Jorge en San Manuel. De pronto sintió un inmenso estallido que quemó hasta un transformador. Quedó en el suelo, pero no perdió el conocimiento, tenía mucho dolor en las articulaciones y malestar en las vías respiratorias. El cuarto llegó en 1988 y el quinto en 1991, fueron losdos en su casa. El primero, sembrado maíz; y el segundo, andando por el patio. Estos dos últimos resultaron los más débiles, no porque cayeran más lejos, sino porque su cuerpo parece que se va adaptando.
Este ganadero recibió el impacto de un rayo mientras pastoreaba el sábado 19 de agosto de 1989 a 25 vacas en la zona del Batán, junto al río Arga, en Puente la Reina, Navarra.
"Había oído varios casos de gente a la que le habían caído rayos de tormentas, pero nunca pensé que me pudiera pasar a mí" señaló. Ese mismo día, apenas dejó de llover y salió de nuevo al aire libre, un rayo cayó sobre un chopo próximo a él y Ugarte recibió una fuerte descarga que le dejó inconsciente durante varios minutos. Estuvo en el hospital 40 días. El rayo le rompió el tímpano derecho, y al caer al suelo se golpeó la cabeza contra una piedra. La chispa eléctrica rasgó también por completo sus ropas y le quemó parte de la piel. Aquel 19 de agosto, tras el incidente, volvió en sí pasada media hora. Con la cara ensangrentada por el golpe, medio desnudo y con las piernas dormidas, consiguió incorporarse tras varios intentos y, con la ayuda de su vara de pastoreo, logró ascender no sin esfuerzo un terraplén de unos 30 metros hasta llegar a la carretera. Según Jesús Ugarte, las vacas ni se inmutaron con el rayo que les cayó al lado, pero los tres perros que tenía conmigo, en cambio, salieron corriendo y se escondieron.
Continuar leyendo los restantes supervivientes a caídas de rayos: en el siguiente link elordenyelkaos.blogspot.com
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