miércoles

En el sexo lo que más importa es el tamaño (del cerebro humano).

El tamaño del cerebro humano importa tanto que condiciona por completo nuestro modo de entender el sexo.
En su libro, El Cerebro Accidental, David Linden plantea la sexualidad humana de un modo interesante. La historia común es la de la monogamia (o monogamia sucesiva) en la que el varón colabora en la crianza de los hijos. Esto es del todo anormal en las sociedades animales. El motivo es el tamaño del cerebro.
El 95% de los mamíferos no forma relaciones estables de pareja. El periodo fértil del ciclo ovulatorio femenino es evidente y reconocido por todos los miembros de la comunidad. Durante este tiempo la hembra copula todo lo que puede, con frecuencia con múltiples machos. Después los machos se alejan y no cooperan en la crianza de la prole. Fuera del periodo fértil, los machos y hembras no se relacionan.
Las historia en humanos es opuesta. La mujer oculta la ovulación. Ni ella misma ni el hombre saben cuando es fértil. Copulan por tanto cuando es fértil y cuando no. El hombre está a su lado durante toda la ovulación, normalmente durante varias ovulaciones o durante toda la vida. Este es el modo en el que sabe razonablemente cual es su descendencia. Cuando la mujer da a luz, el hombre colabora en la crianza (sea directamente, o proporcionando comida y cobijo). La mujer es incapaz por si sola de criar a la prole. El bebé tiene un enorme cerebro que pasa por el canal del parto con dificultad. El bebé humano es muy inmaduro. Después de nacer, el cerebro sigue creciendo. El hombre debe de criar a sus hijos o de lo contrario estos morirán y el hombre no perpetuará sus genes. Además, si el hombre se queda en casa, copulará con frecuencia (no tiene que esperar al periodo fértil como los animales) y no gastará recursos criando a la descendencia de otro macho.
http://sinapsis-aom.blogspot.com

No hay comentarios: